viernes, 14 de septiembre de 2012

DECLARACIÓN SOBRE LA NOTICIA DE LA CAPACITACION DE PERSONAL DEL MINISTERIO DE DEFENSA ARGENTINO A CARGO DE ESPECIALISTAS ESTADOUNIDENSES EN EL MARCO DE UN PROGRAMA DE LA “DEFENSE SECURITY COOPERATION AGENCY”.


“Cualquier acción referida a los derechos de otras personas cuyo principio no sea 
compatible con la publicidad, es injusta” Imannuel Kant - La Paz Perpetua

La Asociación Argentina de Juristas - Rama Nacional de la Asociación Americana de Juristas, organización continental no gubernamental, con estatuto consultivo en la ONU,- entre cuyos objetivos se encuentran la lucha por la autodeterminación de los pueblos y contra el colonialismo,  manifiesta  su preocupación ante la noticia difundida por el diario Página 12 (nota de Horacio Verbitsky) el pasado domingo 10 de septiembre del corriente, en la que informa que tres especialistas estadounidenses en Seguridad Nacional, Guerra no Convencional y Operaciones de Información dictarán un curso para el personal del Ministerio de Defensa sobre “Lineamientos Estratégicos”. El curso forma parte del Programa Expandido de Educación y Entrenamiento Militar (Expanded International Military Education and Training, E-IMET) de la Defense Security Cooperation Agency, - dependiente del Ministerio de Defensa Estadounidense- dirigido a países en los cuales “el programa de entrenamiento militar provoque mucha susceptibilidad”.
En primer lugar, resulta necesario recordar que, luego de la terrible experiencia del terrorismo de estado, se sancionaron las leyes 23.554 y  24.059. La primera establece   “las bases jurídicas, orgánicas y funcionales fundamentales para la  preparación, ejecución y control de la defensa nacional” (art.1ro), conceptualizando e instituyendo a la  “defensa  nacional” como  “la integración y la  acción coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de  aquellos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en  forma disuasiva o efectiva, para enfrentar las agresiones de origen  externo” (art.2do). De tal modo la  defensa nacional queda definida como una política de Estado tendiente a garantizar exclusivamente la  seguridad externa del mismo, y configurando, de ese modo, un ámbito de  competencia institucional particular y distinto del de la  seguridad interior. Este criterio distintivo se reforzó en el art.4to de la ley, al fijar que “para dilucidar las cuestiones atinentes a la defensa nacional, se deberá  tener permanentemente en  cuenta la diferencia fundamental que separa a la defensa nacional de la seguridad interior”.  La 24.059 afirma que la Seguridad Interior es “la situación de hecho basada en el derecho en la cual se encuentran resguardadas la libertad, la vida y el patrimonio de los habitantes, sus derechos y garantías y la plena vigencia de las instituciones del sistema representativo,  republicano y federal  que establece la Constitución  Nacional” ((art.2do), y que implica “el empleo de los elementos humanos y materiales de todas las fuerzas policiales y de seguridad de la Nación”, esto es Policía Federal Argentina, Prefectura Naval Argentina, Gendarmería Nacional y las policías provinciales- (art.3ro).  .
En orden a los criterios aplicados por Estados Unidos en materia de “su seguridad”, su intervención histórica en terceros países y los antecedentes de “sus especialistas”, -acuñados, últimamente,  en las violaciones de los derechos humanos por sus tropas de ocupación en Afganistán e Irak, y en el tratamiento de los prisioneros en Guantánamo-, es dable pensar que la capacitación a brindar es incompatible con la concepción de Seguridad Democrática que nuestra sociedad ha sabido acuñar.
Debemos recordar que los países de América Latina y el Caribe han acumulado una larga y negativa experiencia sobre la capacitación o influencias en las propias fuerzas de seguridad y defensa, por fuerzas de Estados Unidos que han sido utilizadas como instrumento de políticas desestabilizadoras, represivas y de intervención en los asuntos internos de otras naciones del continente. Baste mencionar al Plan Colombia, que abasteció al gobierno colombiano de recursos financieros, militares y humanos de enorme magnitud, contra las fuerzas insurgentes a las que pretende vincular, sin prueba alguna, con el terrorismo internacional. Es indudable que el narcotráfico y el terrorismo internacional -en la particular caracterización que de ambos lleva a cabo la política exterior de Estados Unidos en su relación con América Latina- desempeñan el mismo papel que, durante la guerra fría, le fue asignado al comunismo.  A esto debe añadirse la reacción política de Estados Unidos al surgimiento en Latinoamérica, en años recientes, de varios gobiernos democráticos, sólidamente implantados por la voluntad mayoritaria de sus pueblos, empeñados, en diversos grados, en la realización de profundas reformas políticas y económico-sociales.
De confirmarse esta noticia, consideramos que no sólo es motivo de preocupación dentro del ámbito nacional, sino que puede tener proyecciones sobre el conjunto de los países de la región. Recientemente los ministros de Defensa, Interior, Justicia y Relaciones Exteriores de UNASUR reiteraron, en Cartagena de Indias, Colombia, la necesidad de “distinguir el tratamiento de los asuntos de Defensa de los de Seguridad, independientemente de los ordenamientos jurídicos de cada Estado, así como contar con un ámbito específico para abordar las problemáticas delictivas comunes en la región suramericana diferenciado de los mecanismos hemisféricos existentes”. En esa reunión, la ministra argentina de Seguridad, Nilda Garré, expuso sobre las diferencias entre Defensa y Seguridad. Mientras la Defensa se vincula con la política exterior, la soberanía y el territorio, la Seguridad remite a “la paz social, la estabilidad institucional del Estado, el control del orden público y las debidas garantías a los derechos” de los ciudadanos.
Por ello, la AAJ reclama un pronto esclarecimiento de esta noticia, con la debida información a las instituciones democráticas, de cara al conjunto de la ciudadanía  y al resto de los países de la región que desde hace mucho tiempo reclaman que ninguna fuerza extranjera se asiente en los países del Continente, y que se realice un gran esfuerzo de unidad y control que impidan los intentos de desestabilización de sus gobiernos, nuevas violaciones a los derechos humanos, a las garantías constitucionales, y/o a la soberanía de los estados.
                                    Buenos Aires, 10 de septiembre de 2012


Beinusz Szmukler - Presidente del Consejo Consultivo Continental

Ernesto Moreau - Presidente  Rama Argentina
             
Claudia V. Rocca - Secretaria General  Rama Argentina 
                       
Rosana Actis - Secretaria de Prensa Rama Argentina

María  Cristina Hammermuller - Tesorera Rama Argentina        

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